Monserrate también es historia en la Independencia de Colombia

El Cerro de Monserrate, según la historia, fue considerado desde la época prehispánica un sitio sagrado por los indígenas nombrándolo junto a Guadalupe como el pie de abuelo y pie de abuela, hasta que con la llegada de los españoles se comenzó a utilizar como un sitio de evangelización.

En la fundación de la ciudad de Santa Fé, Gonzalo Jiménez de Quesada decidió colocar dos cruces de gran tamaño en su cima por la belleza que le inspiraban los dos cerros que circundaban la llanura.

Entre 1640 y 1657 se construyó la primera ermita con el nombre de Monserrate en honor al monasterio de Santa María de Monserrat en Barcelona por la devoción a la virgen morena de Monserrate España, convirtiéndose desde esa época en un sitio de peregrinación, tradición que hasta el día de hoy perdura especialmente los domingos y en Semana Santa.

Otro de los datos históricos, es que el predio donde se ubica la Quinta de Bolívar fue donado a la ermita de Monserrate en 1670 y el capellán, canónigo José Torres Patiño decide en 1800 vender la propiedad a José Antonio Portocarrero, quien construye esta quinta, que posteriormente fuera adquirida por el Gobierno de la entonces Nueva Granada para obsequiarla en 1820 al Libertador como agradecimiento por todo su trabajo en la Independencia de Colombia.

Hoy en día esta cercanía entre el cerro de Monserrate y la Quinta de Bolívar le permite a los ciudadanos y turistas hacer un recorrido perfecto para conocer dos lugares históricos de la ciudad casi al mismo tiempo.

En esta temporada de orgullo nacional que mejor plan que visitar estos dos sitios de historia y tradición disfrutando en la visita a Monserrate unas deliciosas onces típicas colombianas como es el agua de panela, el queso y la almojábana.

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